¿Alguien se lo ha preguntado alguna vez?
¿Si de verdad hay alguna diferencia entre batir la masa de un bizcocho a mano con las varillas y mucho amor, con la batidora a lo salvaje porque vamos con prisa o con una amasadora nueva y reluciente diseñada especialmente para ese propósito?
Yo sí. Y ahora que cuento con las tres herramientas lo he podido comprobar.
No me extenderé mucho con la entrada porque comparar las texturas tampoco tiene ningún misterio, pero hacía tiempo que no realizaba ninguna investigación y ya iba tocando. Y debo decir que sí, que se nota la diferencia entre usar una u otra cosa para preparar el bizcocho.
De partida los tres están bien, todos están buenos y si los preparas por separado van a ser un éxito. Pero si los tienes uno al lado del otro para comparar… entre el batido a mano con las varillas y el de la batidora hay menos diferencia, tal vez el de la batidora un poquito más compacto que el de varillas. El cambio significativo llega con el preparado con la amasadora.
La textura es más homogénea, más profesional. Sube más uniformemente y el resultado estético es mejor. Al morderlo se nota más firme pero a la vez más esponjoso que los otros dos. Tal vez sea porque los huevos se airean muchísimo más al batirlos, o que se montan un poco al agregar el azúcar. No lo puedo decir con seguridad.
Como reflexión final podría preguntarse… ¿Realmente merece la pena tener una amasadora, ese cacharro enorme y caro (pero que hace tanta ilusión tener)?
Seré sincera: si tenéis costumbre de trabajar masas a base de mantequilla, cremas con azúcar glas, montar nata o claras de huevo… Sí. Absolutamente sí. Los resultados son estupendos y mil veces más fáciles que hacerlos a mano. ¿Y para preparaciones tipo bizcocho? Ya habéis visto antes que a mano salen bien, pero con amasadora el resultado es mejor. Cómo de exigentes seáis, depende de cada uno.
Habrá quien esté de acuerdo y quien esté en desacuerdo conmigo, yo simplemente os doy mi opinión.
Vaya, una razón más para comprarme una amasadora!! Jeje
Gracias por tu estupenda investigación, creo que todos lo que amamos la repostería, nos hemos hecho la pregunta de «realmente me compensa gastarme ese dinero en una amasadora?»
Un besin!
Pues si, yo pasé mucho tiempo comparando marcas y modelos y dándole muchas vueltas. Todavía me estoy acostumbrando a usarla pero en cuando lo haga… ya verás, no voy a saber hacer nada sin ella :P
Me encanta cundo te pones a investigar, Miriam! Yo creo que la amasadora fue una de las mejores inversiones que he hecho en casa (claro, que la uso mucho, entiendo que quien lo le dé tanto uso no le compense).
Un beso, guapa!
Jejejeje Gracias Rosa.
A ver si se me viene alguna otra idea y la proxima investigacion no tarda tanto. Yo todavía le estoy cogiendo el punto a mi máquina pero seguro que le acabo sacando buen partido.